¡Buenos días bonitas mías!
Creo que leyendo el título del post de hoy, a muchas de vosotras ya os suena sobre qué vamos a hablar: BERSHKA.
Aún recuerdo cuando era jovencita (estoy hablando de unos 15-17 años) y fui en varias ocasiones a algunas de sus tiendas, ilusionada con mi madre por cierto, a comprarme algo de ropa y lo único que conseguía era salir de la tienda con rebote, mala leche y pensando ¿es que estaré gorda? Fue entonces cuando pasé el cartel BERSHKA a la black list o lista negra, como lo queráis llamar.
¿No os recuerda esto a alguien?
Y no, señoras, no estoy ni estaba para nada gorda (mi talla de ahora es una 38 y la de por aquellos años mozos era una 40) y además perdieron una clienta.
Desde entonces no he vuelto a comprar nada en Bershka porque, a parte de que no me gusta la calidad que tiene, veo que la gente la paga a precio de oro. Y, por otra parte, yo no sé qué pasa en esta cadena de ropa pero parece que sólo pueden entrar en los modelitos las chicas que están hechas un palo y que no comen nada.
Desde entonces no he vuelto a comprar nada en Bershka porque, a parte de que no me gusta la calidad que tiene, veo que la gente la paga a precio de oro. Y, por otra parte, yo no sé qué pasa en esta cadena de ropa pero parece que sólo pueden entrar en los modelitos las chicas que están hechas un palo y que no comen nada.
En mi modesta opinión, creo que no se está promoviendo que cada una es bonita por cómo es, independientemente si está rellenita o no. Tan sólo estamos dando a entender que sólo eres y estás guapa si eres delgada. El resto de mortales con nuestras tabletas derretidas, nuestro flotador, nuestra piel de naranja... ya nos vamos si eso a otra tienda a comprar (ahora me acuerdo de la @vecinarubia cuando dice #hastaluegomaricarmen)
Y si nosotras tenemos problemas para encontrar ropa, no me quiero ni imaginar las chicas que estén más rellenitas, los rebotes que tienen que coger tienen que ser mininos... Y es que es una pena, pero a las chicas rellenitas les toca irse a tiendas especializadas en ropa que talle grande. Por desgracia aún sigue pasando por no mencionar tampoco la poca cordialidad que tienen algunas dependientas de la firma cuando ven a una chica rellenita, lo mal que la miran y les falta decir "aún no sé qué haces aquí. No hay ropa para ti" Vamos, todo muy bonito (nótese la ironía)
Pero bueno, no voy a entrar en polémica diciendo lo que, al menos para mí, sería lo políticamente correcto y no lo que se está promoviendo, a mi parecer: niñas que no comen nada, niñas con transtornos alimenticios y niñas que no se ven guapas porque no caben en los modelitos de ropa de última tendencia. Además, muchas de ellas ni salen, se reclutan en su casa porque no se ven guapas y no están cómodas paseando por las calles sabiendo que la gente las mira.
Independientemente de eso, seguimos con el asunto y es que en Bershka veo contradicciones. Mirad, han utilizado una palabra que últimamente está por todas las Redes Sociales y es "curvy".
"Curvy" hace referencia a las mujeres que tienen curvas (de ahí su nombre), que están rellenitas y que están contentas con su cuerpo.
Y justo me encuentro con esto en su sección de belleza:
Han llamado a algo parecido a una Beauty Blender "#iamcurvy
Vamos, que no hay cabida a tallas grandes en la tienda pero al mismo tiempo ¿#soycurvy quedar guay? ¡Pues no! Creo que se dejan llevar mucho por el marketing pero realmente no se paran a pensar qué significa, si es apropiado o no... No sé si me estoy explicando...
Aquí hay una contradicción "pero vamos..." como diría mi amigo Enrique Pastor de "La que se avecina" jajaja
Creo que hay que tener más mimo y cuidado a la hora de etiquetar las cosas y no usarlas porque simplemente porque sea una palabra que está de actualidad, por decirlo de alguna manera.
Bueno y ni qué decir tiene la poca originalidad a la hora de ponerle nombre a otras cosas...
Sino mirad con vuestros propios ojos lo que os muestro a continuación:
¿Kindashy? O más bien ¿copiada o juego de palabras de "Kardashian"?
Sí sí, últimamente Bershka para mi gusto está haciendo estragos por no decir meteduras de pata en toda regla.
Lo que sí es cierto es que, aparcando estas dos cuestiones y yendo a lo realmente importante, se debería de cambiar el chip a la hora de fabricar las tallas...
Así que ahí lo dejo, #reflexionemos
¿Alguna predilecta de Bershka o hater en la sala?
*************
¡Pues esto es todo por hoy chicas! No sé qué os parece el post de hoy pero sí que me encantaría que:
LE DIÉRAIS "ME GUSTA" SI OS HA GUSTADO EL POST
COMPARTAIS EN REDES SOCIALES